Fecha/Hora
31 Ago
Todo el día
Categorías
Primera lectura: Eclesiástico 3,17-20.28-29
Salmo 67
Segunda lectura: Hebreos 12,18-19.22-24
Evangelio: Lucas 14,1.7-14
Sucedió que un sábado fue Jesús a comer a casa de un jefe fariseo, y otros fariseos le estaban espiando.
Al ver Jesús que los invitados escogían los asientos de honor en la mesa, les
dio este consejo:
— Cuando alguien te invite a una fiesta de bodas, no te sientes en el lugar
principal, no sea que llegue otro invitado más importante que tú, y el que os
invitó a los dos venga a decirte: «Deja tu sitio a este otro». Entonces tendrás
que ir con vergüenza a ocupar el último asiento. Al contrario, cuando te
inviten, siéntate en el último lugar, para que cuando venga el que te invitó te
diga: «Amigo, pásate a este sitio de más categoría». Así quedarás muy bien
delante de los que están sentados contigo a la mesa. Porque el que a sí
mismo se engrandece será humillado, y el que se humilla será engrandecido.
Dijo también al hombre que le había invitado:
— Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, a tus
hermanos, a tus parientes o a tus vecinos ricos; porque ellos a su vez te
invitarán, y quedarás así recompensado. Al contrario, cuando des una fiesta,
invita a los pobres, a los inválidos, a los cojos y a los ciegos; así serás feliz,
porque ellos no te pueden pagar, pero tú recibirás tu recompensa cuando los
justos resuciten.