SITUACIONES DE APRENDIZAJE CON RECURSOS TIC EN LA ERE (I)

Con el nuevo marco legal, a nivel educativo, surgen numerosas novedades y terminología hasta ahora desconocida o poco empleada. Estas innovaciones vienen acompañadas de experiencias docentes y dinámicas muy variadas que, sin lugar a dudas, suponen todo un reto para que el profesorado afronte un modelo educativo basado en una pedagogía distinta y con una metodología rompedora. Y es que en materia educativa se está experimentando un cambio a veces demasiado severo o brusco que pone el foco en un profesorado, que ha de afrontar un verdadero desafío a la hora de amoldar la docencia a los nuevos parámetros que la rigen. Pero no es menos cierto que el alumnado ha de acostumbrarse también a unas clases o sesiones que, paulatinamente, se van a parecer menos a lo que de forma habitual habían experimentado.

Consecuentemente, las familias también han de asumir que la forma de dar clase, la manera de vivir la educación y de canalizar lo que se aprende, se vive y se experimenta, va a cambiar paulatinamente y sus principales actores han de adaptarse a estos cambios. No es simplemente transformar la educación desde dentro, sino también cambiar el enfoque educativo hacia afuera, poniendo en valor otros paradigmas, otros elementos y nuevos enfoques que, hasta ahora, rara vez se habían puesto en valor. También, obviamente, en el área de enseñanza religiosa escolar, que no escapa a tales variaciones e innovaciones y que ha de reciclarse para cumplir con las sensacionales expectativas que, por ejemplo, ha generado la nueva elaboración de su currículo, contando con la participación de numerosos expertos a todos los niveles, pero también de la totalidad de los agentes que de algún modo intervienen en el desarrollo de la clase de Religión y que han aportado ideas, planes y soluciones.

Un nuevo concepto educativo llega para quedarse en la clase de Religión.

Así pues, podemos señalar que términos como saberes básicos, indicadores de logro, perfil de salida, etc. resuenan ahora en nuestras cabezas como palabras que conllevan mucho peso específico en la forma de afrontar una sesión, una temporalización o una programación didáctica. Configuran todo un engranaje que cristaliza en un nuevo enfoque metodológico en el que, sin duda, un nuevo término goza del protagonismo por antonomasia: las situaciones de aprendizaje.

Si atendemos a su fundamentación teórica, según el Currículo LOMLOE desarrollado por el Ministerio de Educación y Formación Profesional español, una situación de aprendizaje “concreta y evalúa las experiencias de aprendizaje del alumnado y debe estar compuesta por tareas de creciente complejidad, en función de su nivel psicoevolutivo, cuya resolución conlleve la construcción de nuevos aprendizajes”. Por tanto, no se trata de simples unidades didácticas al uso, sino más bien de diferentes retos o dinámicas que posibilitan al alumnado interconectar aprendizajes distintos fruto de actividades diseñadas que enlazan sus destrezas y saberes con aspectos de “interés común, la sostenibilidad o la convivencia democrática”. Por tanto, en su diseño y puesta en práctica se han de tener en cuenta numerosas variables como el agrupamiento de alumnado, la variedad de dinámicas propuestas, la interacción oral y el uso de diferentes soportes. Y es aquí donde los recursos digitales cobran especial importancia.

Cuando se plantea o proyecta un diseño de situación de aprendizaje siempre debe considerarse el destinatario de la misma. Y el perfil del alumnado que desarrollará estas vivencias prediseñadas es el de alguien extraordinariamente influenciado por entornos digitales de todo tipo, que emplea numerosos dispositivos con destreza en numerosas ocasiones y que sabe incorporar el manejo de los mismos a sus quehaceres cotidianos. Este aspecto es fundamental a la hora de crear una situación de aprendizaje, puesto que esa interconexión entre lo desarrollado en el aula y lo vivido en el día a día de la persona responde fielmente a la esencia de esta metodología. En la creación de las actividades, retos o dinámicas que configuran la situación de aprendizaje, el uso de las TIC ha de incluirse de forma natural, de menor a mayor complejidad y nunca monopolizando toda la situación. Son un recurso más, pero muy importante, puesto que ponen en liza una conjunción de habilidades que serán las que conduzcan al alumnado hacia esa integración de saberes básicos que se proyecta y que emanan de un planteamiento claro de objetivos a conseguir.

Interconectar saberes y herramientas TIC, una de las virtudes esenciales en una situación de aprendizaje.

Resumiendo, no solamente se trata de incorporar medios digitales al desarrollo de actividades que bien pueden ser resueltas o desarrolladas de modo tradicional o analógico, sino de que la situación de aprendizaje se sirva de estos recursos para poner en valor su esencia misma, para lo que ha sido diseñada. Así, por tanto, ejemplificará una interconexión de variables que intervienen en ella para lograr unas metas concisas y que tienen su proyección en la vida real del alumnado. Un aspecto que en el caso de la enseñanza religiosa escolar es muy significativo porque responde a lo nuclear del Mensaje que transmite. Algo que se vive, que transforma y que supone un reto a superar en cada instante.

Digireli

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