¿Cuántos no hemos tenido la experiencia de un profesor que te encanta cómo da la clase? Ya, sí, también del que aún sigues preguntándote de qué narices hablaba en sus clases.
Pero, ¿a que respecto del primero podrías decir que era “auténtico”?
¿Y qué es ser “auténtico”?
Estos son los sinónimos que te ofrece Google: verdadero, positivo, cierto, seguro, genuino, real, legítimo, acreditado, autorizado, legalizado, fidedigno, original, personal. Y como palabra opuesta ofrece un solo término: “falso”.
Claro que es muy importante en la comunicación ser “auténticos”, porque eso “llega”, convence, comunica.
Cuando queremos comunicar algo de verdad e importante para nosotros debemos empezar por estar convencidos de lo que decimos. Si dudamos de que dos más dos son cuatro lo que acabaremos trasladando seguramente será más la duda que la información.
Si creemos que Dios es Amor y Misericordia más vale que lo sintamos en primera persona, porque sino, ni nos creerán ni seguirán escuchándonos.
Es importante ser fiel a la verdad o hasta donde alcance la verdad. Podemos hablar de los ángeles, pero no desde la certeza de haberlos visto (¡bueno, salvo que alguno los haya visto claro está!). Pero el resto de los mortales tendremos que hablar de ello desde la tradición o la cultura y el imaginario popular que los ha recreado con alas y los identifica con querubines y serafines.
Hemos de ser auténticos, no parecerlo, porque además no creo que resulte fácil. Muy buenas dotes de actor hay que tener para parecer lo que no se es, y que cuele en un ejercicio de comunicación. Puede resultar, y quizá se pueda mantener durante un rato, pero al final la verdad sale a la luz tarde o temprano.
Ahora te toca darle una vuelta a cómo de auténtico te muestras tú en tus comunicaciones. Cómo de verdadero, positivo, cierto, seguro, genuino, real, legítimo, acreditado, autorizado, legalizado, fidedigno, original y personal te muestras ante tu público, ante los que te escuchan. Es muy posible que tras este análisis descubras tu calidad de comunicación.

¡Ánimo! no dejes de ser tú mismo nunca.