NO DEJES QUE NADA TE DESVÍE DE TU OBJETIVO

Algunas personas que os dedicáis a la docencia o a la catequesis soléis expresar la dificultad que os supone lidiar con un grupo en el que alguien os saca de quicio, rompe la dinámica de atención del grupo y llama vuestra atención hasta condicionar el desarrollo de vuestra exposición.

Lo primero es decir que abstraerse de esa situación no es fácil; que ignorarla tampoco es la mejor opción; que volcarse sobre ese foco de conflicto sin duda alguna es la peor opción, y que soluciones de manual tampoco existen

Por lo tanto en este blog lo que te voy a ofrecer son solo sugerencias, que te pueden funcionar o no, pero ahí estarás tú con el tradicional sistema de prueba / error que te dará las pistas para el caso concreto al que te enfrentes.   

Ya hemos dicho que focalizar y dar excesiva importancia al foco de conflicto no es precisamente la mejor de las ideas. Por eso lo primero es hacer un ejercicio donde nada de lo que haga o diga la persona que pone en jaque la reunión, a tí no te puede afectar ni desviar de tu objetivo. Sigue tu programa. Si el incordio es soportable por ti es posible que lo sea para el resto. Y si no es soportable deshazte de él, así, sin más, y cuando acabe tu momento, entonces si quieres y valoras la oportunidad, dedícale tu tiempo en exclusiva para intentar encontrar una explicación a su comportamiento y tratar de encauzarlo. Entonces sí tienes que poner tus habilidades para captar su interés, su atención y lograr hacerle interesarse por lo que vas a decir la próxima vez. Esa sería mi propuesta.

Cuando sea tu momento, y por respeto a los que te escuchan o quieren escucharte, debes centrar tu atención en ellos. Si tú mantienes tu discurso en el mismo tono, con el mismo ritmo, el elemento distorsionador percibirá que no llama tu atención y cesará en su incordio o, si como he dicho antes su extorsión es insoportable, entonces nos deshacemos de él en ese momento y por la vía rápida. Valorando una posterior atención personalizada y conciliadora para futuro si es posible. Si tú no respetas a tu audiencia, alguno tampoco lo hará seguro. Pero si tú la respetas sabrás garantizar y responder a su atención sobre todo. Así que ya sabes, no dejes que nada ni nadie te desvíe de tu objetivo.

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HABLAR CLARO

“Todas las desgracias de los hombres provienen de no hablar claro” esta frase de Albert Camus me da pie para el post de hoy.

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