Yolanda Lozano Moya

El Adviento es, en el fondo, una invitación a activar la verdadera IA: la Inteligencia del Alma. Esa que no se mide en datos, sino en profundidad.

Hay momentos en la vida que quedan grabados en el corazón, que tocan el alma. El Jubileo del Mundo Educativo en Roma ha sido, sin duda, uno de ellos.

Llega finales de agosto y, para quienes somos maestros y profesores, es inevitable sentirnos en una especie de cruce de caminos.

El verano no es solo un descanso. Es una oportunidad. Una llamada a resetear el alma. A volver con la ilusión de educar intacta.

¿Quién se resiste a tan provocadora invitación de Dios para este miércoles de ceniza, donde además coincide con el día de los enamorados? ¿Fechas compatibles o incompatibles?

¡Es curioso cómo se ha apropiado la filosofía consumista del sistema capitalista del espíritu de la Navidad cristiana!

La clase de Reli es un espacio de libertad, reflexión crítica, respeto y diálogo profundo, donde se trae la vida a la clase y la clase a la vida.

Final de agosto es un tiempo en el que todos los marketings publicitarios se activan para anunciar su mejor campaña sobre back to school.

El verano nos aporta un periodo «de tiempo» para hacer todo aquello que habitualmente queda relegado a un segundo plano por asuntos que consideramos menos relevantes.

Nos toca aprender de la naturaleza, nos toca ser polinizadores de Resurrección, ser promotores de ese proceso silencioso de Vida y Esperanza en medio de nuestra realidad.