ESPERANZARSE
Vivimos tiempos de desesperanza pero también son tiempos esperanzados. ¿Cómo puede convivir la desesperanza con la esperanza al mismo tiempo?
Vivimos tiempos de desesperanza pero también son tiempos esperanzados. ¿Cómo puede convivir la desesperanza con la esperanza al mismo tiempo?
Despedirse significa dejar que la ausencia exista para que se llene de otra realidad, de otro pensamiento, de otra persona y pueda advenir otra situación nueva. Sin despedida no hay posibilidad de cambio y crecimiento.
Desconoces el trasfondo de la realidad que te rodea por todas partes, desde las cosas más grandes y los problemas sociales, políticos y económicos más generales, hasta los pequeños entresijos íntimos de las personas con las que rozas y respiras cada día.
Bautizarse suponía la determinación de tener una identidad que nace de su propia experiencia y de sus propias vivencias y de su propio sentir.
Apasionarse es sentir la fuerza de la vida que te anima a ser tú misma sin disfraces ni simulacros. Moverte al ritmo de la música de tu interior y escuchar los latidos propios.
Alimentarse significa “suministrarse lo necesario para subsistir y crecer”. Desde que naciste supiste de manera implícita y casi inconsciente que necesitabas el alimento.
Agradecer es “sentir o mostrar gratitud”. Agradecerse es sentir que dentro de ti mismo está todo lo que necesitas para seguir creciendo, amando y disfrutando.
Aceptar es “recibir voluntariamente o sin oposición lo que se da”. Aceptarse es asumir que tú mismo eres lo que eres.
Abrazar es “estrecharse en los brazos en señal de cariño” para poder abrazar al otro desde la misma experiencia.
Los verbos de la vida están escritos no solo para ser leídos sino para ser reflexionados, cuestionados y asumidos por cada uno de nosotros. Son verbos que sugieren pensamientos.
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