Se hallaban por entonces en Jerusalén judíos piadosos venidos de todas las naciones de la tierra. Al oír el ruido, acudieron en masa y quedaron estupefactos, porque cada uno los oía en su propia lengua (vv. 5-6).

El acontecimiento reúne a gente de todos los países para recibir el testimonio de la primera comunidad cristiana.

Los presentes hablan en su lengua pero son los espectadores los que los oyen hablar en sus lenguas de origen.

El milagro no está en el hablar sino en el escuchar (vv. 6. 8. 11). Se trata de un mensaje que manda el evangelista.

Todos, atónitos y admirados, decían: ¿No son galileos todos los que hablan? Entonces, ¿cómo es que cada uno de nosotros los oímos hablar en nuestra lengua materna? Partos, medos, elamitas, y los que viven en Mesopotamia, Judea y Capadocia, el Ponto y Asia, Frigia y Panfilia, Egipto y la parte de Libia que limita con Cirene, los forasteros romanos, judíos y prosélitos, cretenses y árabes, todos los oímos proclamar en nuestras lenguas las grandezas de Dios (vv. 7-11).

Lucas enumera doce pueblos y tres regiones combinando criterios geográficos, culturales y sociales.

No sabemos por qué no aparecen Siria, Macedonia y Grecia; tal vez por ser territorios paulinos independientes de Jerusalén.

Estaban todos estupefactos y perplejos, y comentaban: ¿Qué significa esto? Otros, por el contrario, se burlaban y decían: Están borrachos(vv. 12-13).

En Lucas, “estupefacto” indica el asombro que provoca la actuación de Dios. La voz “perplejo” enfatiza la huella que imprime la actuación de los apóstoles en la multitud.

El asombro de los espectadores no procede del comportamiento extraño de los discípulos, sino que nace de la conciencia de los judíos piadosos de encontrarse ante una actuación maravillosa de Dios.

ENSEÑANZA DEL TEXTO

PENTECOSTÉS NOS MUESTRA: la tarea de la Iglesia no procede del voluntarismo sino de la intervención del Espíritu Santo. La misión eclesial es reunir a todos los pueblos en torno a Jesús.

PENTECOSTÉS Y BABEL: algunos autores los relacionan.  Esto no concuerda con la intención de Lucas de inculturación del Evangelio. Dios tiene en cuenta el factor multicultural de la humanidad.