La apreciación de la belleza y de la excelencia forma parte de las fortalezas que están englobadas en la virtud de la trascendencia (Seligman y Peterson, 2004)[1]. Esta fortaleza se refiere a la capacidad de encontrar la belleza en la vida y saber disfrutarla. Hay muchos tipos de belleza que requieren despertar en la persona diferentes sensibilidades para poder reconocerlas y apreciarlas:

  • Belleza física
  • Belleza de la habilidad y el talento
  • Belleza moral

Estos tipos de belleza se manifiestan en diferentes ámbitos: la naturaleza, las artes, las ciencias, las experiencias cotidianas… Debido a la variedad de situaciones en las que la belleza se muestra, la persona con esta fortaleza es capaz de encontrar la hermosura de las cosas en múltiples circunstancias. Saber reconocer y disfrutar la belleza constituye una fuente de placer y bienestar muy importante para cualquier ser humano.

A la luz de la Palabra

Jesús, una vez más, nos enseña a cultivar nuestras fortalezas personales. En este caso, nos ayuda educando nuestra mirada, orientándola para saber descubrir lo bello, lo bueno y lo verdadero de un acto de profunda caridad como el que realiza la viuda pobre. Hay muchos tipos de adornos vistosos, como los que se encuentran en el templo, pero estos son perecederos. Jesús nos enseña que la auténtica belleza se descubre en la profundidad de la vida, en su esencia, y no tanto en el mundo de la superficialidad y de las apariencias.

Alzando los ojos, vio a unos ricos que echaban donativos en el tesoro del templo; vio también una viuda pobre que echaba dos monedillas, y dijo: «En verdad os digo que esa pobre viuda ha echado más que todos, porque todos esos han contribuido a los donativos con lo que les sobra, pero ella, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir». Y como algunos hablaban del templo, de lo bellamente adornado que estaba con piedra de calidad y exvotos, Jesús les dijo: «Esto que contempláis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida» (Lc 21,1-6).

Jesús se adentra en el corazón humano y se da cuenta de la profundidad del gesto de la viuda pobre, más allá de la pequeñez de su limosna.

El Señor le dijo: «Vosotros, los fariseos, limpiáis por fuera la copa y el plato, pero por dentro rebosáis de rapiña y maldad» (Lc 11,39).

Jesús enseña que la auténtica pureza no está en las abluciones o ritos externos, sino en la totalidad de la existencia humana que manifiesta la conciencia moral de la persona. Por ejemplo, la limosna testimoniaba la profundidad de la conversión al Dios de la Alianza. Jesús opone a la religión exterior y formalista de los fariseos la auténtica religión que nace del corazón de la persona. Pero esta no se queda en una pureza interior, sino que se expresa concretamente en la caridad fraterna.

Actividad de reflexión inspiradora

Vamos a crear una obra de arte inspirada en una escena de la Biblia siguiendo estos pasos:

  • Lee la cita bíblica con atención, medítala con calma, recrea la escena en tu imaginación y comparte esta experiencia con el grupo.
  • Entre todos, vamos a crear un cuadro colaborativo en el que representemos la escena, tratando de expresar su mensaje profundo de una forma bella.
  • A continuación, recuerda alguna experiencia similar a esta en la que descubriste que, más allá de las apariencias, hay cosas admirables y asombrosas.

La finalidad de esta actividad es sensibilizar a los estudiantes para que sean capaces de escuchar la llamada constante que Jesús hace para buscar la belleza y la pureza en la profundidad. Queremos que descubran en Jesús un modelo a seguir; que sepan expresar juicios respetuosos sobre la novedad que el encuentro con Cristo ha introducido en la forma de entender el mundo y que sepan describir las consecuencias que ha supuesto el encuentro con Cristo en la vida de los cristianos. La experiencia cristiana ha sido generadora de cultura a lo largo de la historia, consideramos que es importante que los estudiantes sepan valorar la influencia de la fe en el arte, el pensamiento, las costumbres, etc.

Una reflexión final

Hacernos presentes en el presente es la primera condición de posibilidad para poder apreciar la belleza. ¡Cuántas cosas bellas de la vida se nos escapan por no estar atentos! Podemos crear en nuestras clases hábitos de contemplación y de escucha que nos permitan despertar la sensibilidad de nuestros jóvenes para que sean capaces de reconocer y apreciar los distintos tipos de belleza.

Apostar por un estilo de vida basado en la consciencia y la calma nos va a permitir vivir más plenamente en el momento presente. La práctica de la atención plena puede producir numerosos efectos beneficiosos en nuestra calidad de vida.

En las últimas dos décadas se está investigando sobre los beneficios de la práctica regular de la atención plena (Kabat-Zinn, 1990 y 2005; Brown y Ryan, 2003; Vallejo, 2006; Cebolla y Miró, 2008; Lavilla, Molina y López, 2008; Lyubomirsky, 2008)[2]. Llaman la atención, especialmente, diversos estudios que sugieren cambios positivos incluso a nivel neurobiológico, según las revisiones efectuadas por Simón (2007)[3]. Destacamos también el metaanálisis realizado por Soriano et al. (2020)[4] sobre los beneficios de las intervenciones basadas en la atención plena para el tratamiento de síntomas ansiosos en niños y adolescentes.

Isabel Gómez Villalba
Docente e investigadora en la Universidad San Jorge.
Centrada en la innovación educativa, investigo y diseño experiencias pedagógicas tanto para la integración y desarrollo de habilidades espirituales en el proceso de enseñanza-aprendizaje, como en el estudio y la implementación de proyectos de aprendizaje–servicio.


[1] M. Seligman y C. Peterson, Character Strengths and Virtues: A Handbook and Classification, Oxford University Press, 2004.

[2] Referencias:

  • Kabat–Zinn, J. (1990): Vivir con plenitud las crisis. Cómo utilizar la sabiduría del cuerpo y de la mente para afrontar el estrés, el dolor y la enfermedad. Barcelona: Kairós  (2003).
  • Kabat–Zinn, J. (2005): La práctica de la atención plena. Barcelona: Kairós (2007).
  • Brown, K. W. y Ryan, R. M. (2003): The Benefits of Being Present: Mindfulness and Its Role in Psychological Well-Being. Journal of Personality and Social Psychol- ogy, 84, (4), 822–848.
  • Vallejo Pareja, M. A. (2006): Mindfulness. Papeles del Psicólogo, 27(2), 92–99.
  • Cebolla i Martí, Ausiàs y Miró Barrachina, María Teresa (2008): Efectos de la Terapia Cognitiva basada en la Atención Plena: una aproximación cualitativa. Apuntes de Psicología, 26 (2), 257–268.
  • Lavilla, M., Molina, D. y López, B.: (2008): Mindfulness. O cómo practicar el aquí y el ahora. Barcelona: Paidós.
  • Lyubomirsky, Sonja (2008): La ciencia de la felicidad. Barcelona: Urano.

[3] Simón, Vicente (2007): Mindfulness y Neurobiología. Revista de Psicoterapia, 17 (66/67), 5–30.

[4] Soriano, J. G., Pérez-Fuentes, M.,del Carmen, Molero-Jurado, M., Gázquez, J. J., Tortosa, B. M., & González, A. (2020). Beneficios de las intervenciones basadas en la atención plena para el tratamiento de síntomas ansiosos en niños y adolescentes: Metaanálisis. [Benefits of mindfulness-based symptoms for the treatment of anxious symptoms in children and adolescents: Meta-analysis] Revista Iberoamericana De Psicologia y Salud., 11 (1), 42-53. https://doi.org/10.23923/j.rips.2020.01.034