LIDERAZGO EMERGENTE DE LO NUEVO
El liderazgo que cuida asume una competencia espiritual relevante: ha de ser emergente de lo nuevo que nace.
El liderazgo que cuida asume una competencia espiritual relevante: ha de ser emergente de lo nuevo que nace.
En las próximas entradas en este blog iremos presentando las diferentes características que ha de tener, a mi entender, un liderazgo que cuida y que entre todas y todos hemos de sembrar.
El pasado 13 de abril celebramos el I Congreso del Cuidado Educativo Integral en Zaragoza. Al final del mismo se proclamó este Manifiesto.
La tutoría toca buena parte de la esencia del acto educativo y, por ello, ha de ser una experiencia profesional que todo docente debe atravesar.
Educar es comprometerse. Más allá de un oficio y de un trabajo, la educación es un cara a cara con una realidad insospechada.
Vivimos en la época de los cuidados. Se incrementan los cursos relacionados con el cuidado docente. La urgencia de la formación en el cuidado surge de una necesidad física, psicológica y espiritual.
Pareciera que el cuidado ha impactado como moda en los últimos años, y nada más lejos de la realidad. Ya sabemos que el cuidado forma parte de la entraña de lo humano.
La ética del cuidado alienta una forma especial de fomentar una ética de la justicia y tanto el cuidado como la justicia son indispensables en la vida en común.
En el desarrollo de curso formativos sobre cuidado y educación emerge con naturalidad el desafío del buen trato en nuestros centros educativos. Tratar bien al otro es una forma singular de cuidar.
La educación presidida por el cuidado tiene en el respeto un lugar de verificación relevante. El respeto está relacionado con dos dinamismos complementarios: la mirada atenta y la distancia adecuada.