MÍSTICA DEL CUIDADO III: MIRAR CON LOS OJOS ABIERTOS
Comenzamos un nuevo curso. Seguimos tejiendo ilusiones, proyectos y nuevos desafíos en un marco incierto. Necesitamos vincularnos una vez más a nuestra fuente del Cuidado.
Comenzamos un nuevo curso. Seguimos tejiendo ilusiones, proyectos y nuevos desafíos en un marco incierto. Necesitamos vincularnos una vez más a nuestra fuente del Cuidado.
Todo en el Universo está relacionado, se repite una y otra vez en Laudato Si’. La mística es aquello que nos permite reconocer todo aquello que une, vincula, religa e integra.
El ser humano encuentra en el cuidado su sello más característico, su huella singular. Adentrarse en los cuidados recibidos como humanidad y como personas individuales nos permite tocar misteriosamente un tipo de mística ecuménica.
El cuidado es una forma de relación con la vida que vivimos, a partir de los vínculos que generamos, de los que recibimos y en los que nos hallamos como seres vivos. El cuidado conlleva una predisposición personal basada en el respeto, la confianza y la colaboración.
Desde el fondo de la vida quebrada y de la humanidad herida y consciente de su finitud y fragilidad, nos ponemos a la escucha de las lecciones aprendidas durante este tiempo de pandemia.
Me asomo con gratitud y humildad ante el inmenso trabajo que estáis realizando tantos educadores en un curso escolar bien difícil. El título de este blog que hoy iniciamos entre tú y yo se llama cuiDARnos.