ALIMENTAR EL AMOR POR EL APRENDIZAJE
La pasión por aprender es una cualidad propia del ser humano que nos ayuda a realizarnos como personas y a ser más felices.
La pasión por aprender es una cualidad propia del ser humano que nos ayuda a realizarnos como personas y a ser más felices.
El juicio, también denominado pensamiento crítico o mente abierta, es una de las fortalezas que conforman la virtud de la sabiduría.
La curiosidad es una fortaleza relacionada con la virtud de la sabiduría. Consiste en tener un intenso deseo y motivación por explorar lo que sucede en el mundo.
La creatividad es una de las fortalezas personales que nos ayudan a desarrollar la virtud de la sabiduría y el conocimiento.
Cultivar las fortalezas personales es una herramienta de crecimiento personal e interpersonal que capacita a nuestros estudiantes para transformar el mundo.
El cultivo de la inteligencia espiritual de nuestro alumnado no requiere que desarrollemos un gran concurso de medios, herramientas y programaciones.
Todo el profesorado, y especialmente el de Religión Católica, estamos implicados en el desarrollo de la solidaridad espiritual, porque es el fundamento y la base de una auténtica solidaridad social.
La vida espiritual está en potencia en todo ser humano, requiere de un cultivo y una educación para que se articule y desarrolle en plenitud.
La acción educativa se refiere al futuro del ser humano, un futuro abierto al encuentro. Donde hay educación hay encuentro interpersonal. Solo es posible construir a la persona en un mundo humano, en un mundo armónico.
Vivimos en un mundo de contrastes. La continua aceleración de los cambios de la humanidad y la intensificación de ritmos de vida y de trabajo contrastan con la natural lentitud del crecimiento personal.