UNA NUEVA ECLESIOLOGÍA PARA EL GÓTICO
La Biblia era el texto básico para la enseñanza de la teología, no solamente en su texto sino también por la lectura de los comentarios.
La Biblia era el texto básico para la enseñanza de la teología, no solamente en su texto sino también por la lectura de los comentarios.
El Evangelio es un mensaje de redención universal, pero su doctrina sobre el cosmos la toma prestada del Antiguo Testamento. El funcionamiento de las criaturas depende del propio Creador, porque «es Dios quien, más allá de vuestra buena disposición, realiza en vosotros el querer y el actuar» (Fil 2,13); de esta forma, lo que hace el hombre, lo hace a partir de lo preexistente en Dios[1]. Los primeros escritores cristianos, con estos mimbres, no podían elaborar una ciencia de la Naturaleza a partir de esta devaluación de las cosas secundarias.
Todo junto hace que aparezca una figura tan sugerente, capaz de dar luz a un mundo oscurecido por los tinieblas visionarias y negativas del románico.
Si tenemos que buscar un pecado entre la personalidad de Suger, tal vez podemos hablar del orgullo. Sin embargo, no pecó de humildad cuando habló de sus logros artísticos y administrativos.
Suger de Saint Denis fue un hombre con una personalidad compleja, fruto de su vida, también complicada.
El hecho del nacimiento del arte gótico ha sido objeto de gran cantidad de estudios desde hace muchos años. Es el paso del teocentrismo al antropocentrismo.
La experiencia de Jesús cambia mi vida, le da sentido y plenitud, y yo quiero compartir esa felicidad con aquellas personas que me importan.
Se trata de escuchar la voz de Dios en el silencio de la Creación; formar a las personas en la educación de la belleza que es encuentro con Dios y presentar el testimonio bello de Cristo, María y los santos.
La obra de arte está hecha también para motivar la contemplación del espectador en un arranque de autenticidad y verdad, de pureza y plenitud. De alguna manera, esa contemplación del espectador se configura como catarsis.
El relato bíblico de la Creación afirma, una y otra vez, que todo lo que Dios hace es bueno, es tôb. Tôb puede traducirse no solo por «bueno», sino también por «bello», en el sentido de «agradable a la vista».