LA BODA DE CANÁ (JN 2,1-12) (II)
Continuamos con el relato de la boda de Caná recogido en Juan 2, 1-12. En él se concretan los dos horizontes de lectura: el de los espectadores y el de los lectores.
Continuamos con el relato de la boda de Caná recogido en Juan 2, 1-12. En él se concretan los dos horizontes de lectura: el de los espectadores y el de los lectores.
Presentamos el relato de la boda de Caná recogido en Juan 2, 1-12. El relato es un pasaje simbólico que manifiesta mucho más de lo que dice.
La presentación de contenidos culturales en la clase de religión está plenamente justificada por la capacidad que ha tenido y tiene la Iglesia católica para dialogar y promocionar la inspiración artística a lo largo de todas épocas.
Hablar de la esperanza definitiva del cristiano significa hablar de Dios tal y como se manifestó en la resurrección de Jesucristo.
La Iglesia de Jesús es una comunidad de hermanos, donde la fraternidad es, para el mundo, un signo y testimonio de la fraternidad universal.
Una condición básica para la evangelización es la comunión. Se trata del signo esencial para la misión de la comunidad que se siente evangelizadora.
El seguimiento de Jesús es expresión de la continua conversión a su mensaje y a su vida,por parte de todos los cristianos. Seguirlo o no es una decisión vital.
El cristiano no puede preocuparse exclusivamente de su propia salvación, sino que tiene que sentirse enviado a anunciar el mensaje de Jesucristo.
Dios se muestra amigo de los hombres porque recibe su dolor a través de la oración que sube como el incienso.
El ser humano tiene dos dimensiones constitutivas: la espiritual y la material. Ambas se encuentran reflejadas en el cofrade que camina materialmente con su vela iluminada espiritualmente en el camino de la procesión.